por Los que hemos vivido en el centro del país, y en especial en Santiago sabemos que el sureño considerado como tal de Temuco al sur, no es muy bien visto por su hábito del pelambre.
Yo siempre he defendido al sureño, cuando participo de conversaciones donde este tópico se toca debido en parte, a que el invierno del sur es muchísimo más duro que el que tienen de la séptima región hacia el norte.
Y mi argumento es muy simple: si el resto del país viviera este invierno, con toda seguridad que sería igual durante buena parte del año o sea los habitos tienen mucho fondo, en las condiciones de vida.
Si los esquimales no tuvieran el ancestral hábito, de compartir sus esposas con los visitantes habrían desaparecido hace mucho, debido a cruces endogámicos donde surgen las mutaciones recesivas, características de las enfermedades geneticas.
Ellos no sabían nada de esto, pero con su actitud lograron mayor diversidad genética siendo hospitalarios con sus visitantes ocasionales.
Algo conozco al campesino de la zona central, donde como mi mamá era profe conocí diversas localidades al interior de la VI región, como Convento Viejo donde está ahora el embalse que los lugareños llaman "cuento viejo", por las demoras y las incomodidades que les ha traído.
También viví en Chimbarongo y luego en Santiago, durante parte del año eso sí porque he sido valdiviano siempre.
Y diría que si bien el pelambre es un deporte nacional, es distinto cuando uno es campesino y tiene que coordinar el regadío por acequias, durante buena parte del año con el mismo vecino que nos pelamos.
Es distino si tengo que entenderme con todos alrededor de mi campo, porque o sino quedo aislado y nadie me aporta agua.
Así que mi defensa del sureño, va en el sentido de que no es más pelador que el resto ni nada de eso. Simplemente es más libre porque no depende del regadío y eso lo hace más autosuficiente.
Y además el invierno que vive es mucho más duro, que el que vive el resto del país hacia el norte.
Ahora, recuerdo que mi amigo don Sergio allá en Santiago una vez, participó en una discusión semejante pero en sentido contrario.
Se decía que al sur de Santiago la gente era más cortés, más amable y más amistosa que en Santiago donde todos desconfían de todos.
Entiéndase por al sur de Santiago, los alrededores de Rancagua.
Bueno, don Sergio que es bastante letrado como dicen los guasos, dijo algo que es muy cierto: "si Ud. viviera en Santiago, no le quepa la menor duda que sería más o menos igual que el resto, desconfiada y poco amistosa con todos como Ud. dice que son acá".
O sea, las condiciones de vida nos condicionan en cuanto a las relaciones sociales. Hay que entender las bases materiales, de las que depende una comunidad dada para acercarse a sus costumbres sociales.
Ahora, me gustaría cerrar este comentario diciendo que en el caso de Valdivia, tiene una universidad que es considerada la cuarta del país, que aporta no sólo formación profesional y técnica sino también cultural, al sur de Chile y que es la balanza en esta historia.
Que como está en una hermosa isla, es también una isla y ahí existen muchos círculos donde se aporta al estilo del filósofo Millas, trabajando como él decía con los musculos del cerebro.
Pero lamentablemente debo decir, conociéndo a la universidad desde el año 1984 cuando ingresé por primera vez, que no se nota para nada la diferencia entre el límite, de las poblaciones marginales de Valdivia y el de la propia Universidad Austral de Chile www.uach.cl
Y lo digo con pena, porque prefiero ser sincero a hacer una mentira piadosa. Eso no sólo por el nivel de pelambre entre administrativos, profesores para no mencionar a los alumnos de pre y post grado.
Eso porque el pelambre es malintencionado, o sea tiene además un propósito de lograr con ello perjudicar al colega.
Una vez un destacado profesor me dijo, que se había corrido el rumor de que él había intencionalmente perjudicado a una estudiante de Magister, a la que finalmente había reprobado en una asignatura que él dictaba en ese postgrado.
Y que el comité respectivo había decidido, retirarle del Mg.
Él no protestó en absoluto, sino que tomó la misma decisión respecto del programa de Doctorado en que participaba, que venía siendo como el nivel superior del postgrado Mg.
Y que cuando se enteró la misma comisión que lo objetó en el Mg, corrieron a pedirle cambiara de opinión, debido a que ese Doc requería acreditarse en Conicyt y que su ausencia perjudicaría, la acreditación debida por unos nuevos 4 años al Doc!
"O sea, el me conviene-no me conviene viene siendo la forma de hacer universidad aqui", me dijo esa vez el destacado doctor en ciencias de la Uach. Por supuesto que no aceptó integrar el programa de Doc, con la razón de que si no tenía el nivel según la comisión respectiva, para integrar el programa de Mg menos lo tendría para el programa de doctorado...
Otro profesor me confidenció algo peor, debido a que como fuí también alumno mayor cuando volví a la Facultad de Ciencias (anteriores estudios en Ing. Forestal no terminados), me tenían cierta confianza.
Este profesor de matemáticas era conocido, como muy buen profesor pero muy exigente con quienes estaban al límite, al enfrentar el respectivo exámen porque valoraba el trabajo hecho durante el semestre.
Resulta que en tiempos del rector Manfred Max-Neef, me contó que el rector le llamó a su oficina para recriminarle, por los alumnos eliminados de varias carreras por causa de sus evaluaciones de exámen.
"¡Cada alumno que queda eliminado de esta universidad, le cuesta un millón de pesos a ella!", le dijo muy enojado don Manfred según me relató este docente.
La respuesta vino inmediata: "mire Rector, si Ud. quiere ganar plata, olvídese de la universidad y ponga una botillería...".
La cara de espanto del rector le causó risa al docente, que luego se retiró de la oficina.
Después fué llamado de nuevo, esta vez para buscar un arreglo que le significara jubilar antes de tiempo, como finalmente ocurrió.
Cuando sus colegas le hicieron una despedida en el Instituto de Matemáticas, me contó que le preguntaron por qué se iba de la universidad.
Les dijo: "es que la universidad ya se fué de acá, es al revés la cosa y lo que yo voy a hacer ahora, es buscarla en la calle"...
Yo siempre he defendido al sureño, cuando participo de conversaciones donde este tópico se toca debido en parte, a que el invierno del sur es muchísimo más duro que el que tienen de la séptima región hacia el norte.
Y mi argumento es muy simple: si el resto del país viviera este invierno, con toda seguridad que sería igual durante buena parte del año o sea los habitos tienen mucho fondo, en las condiciones de vida.
Si los esquimales no tuvieran el ancestral hábito, de compartir sus esposas con los visitantes habrían desaparecido hace mucho, debido a cruces endogámicos donde surgen las mutaciones recesivas, características de las enfermedades geneticas.
Ellos no sabían nada de esto, pero con su actitud lograron mayor diversidad genética siendo hospitalarios con sus visitantes ocasionales.
Algo conozco al campesino de la zona central, donde como mi mamá era profe conocí diversas localidades al interior de la VI región, como Convento Viejo donde está ahora el embalse que los lugareños llaman "cuento viejo", por las demoras y las incomodidades que les ha traído.
También viví en Chimbarongo y luego en Santiago, durante parte del año eso sí porque he sido valdiviano siempre.
Y diría que si bien el pelambre es un deporte nacional, es distinto cuando uno es campesino y tiene que coordinar el regadío por acequias, durante buena parte del año con el mismo vecino que nos pelamos.
Es distino si tengo que entenderme con todos alrededor de mi campo, porque o sino quedo aislado y nadie me aporta agua.
Así que mi defensa del sureño, va en el sentido de que no es más pelador que el resto ni nada de eso. Simplemente es más libre porque no depende del regadío y eso lo hace más autosuficiente.
Y además el invierno que vive es mucho más duro, que el que vive el resto del país hacia el norte.
Ahora, recuerdo que mi amigo don Sergio allá en Santiago una vez, participó en una discusión semejante pero en sentido contrario.
Se decía que al sur de Santiago la gente era más cortés, más amable y más amistosa que en Santiago donde todos desconfían de todos.
Entiéndase por al sur de Santiago, los alrededores de Rancagua.
Bueno, don Sergio que es bastante letrado como dicen los guasos, dijo algo que es muy cierto: "si Ud. viviera en Santiago, no le quepa la menor duda que sería más o menos igual que el resto, desconfiada y poco amistosa con todos como Ud. dice que son acá".
O sea, las condiciones de vida nos condicionan en cuanto a las relaciones sociales. Hay que entender las bases materiales, de las que depende una comunidad dada para acercarse a sus costumbres sociales.
Ahora, me gustaría cerrar este comentario diciendo que en el caso de Valdivia, tiene una universidad que es considerada la cuarta del país, que aporta no sólo formación profesional y técnica sino también cultural, al sur de Chile y que es la balanza en esta historia.
Que como está en una hermosa isla, es también una isla y ahí existen muchos círculos donde se aporta al estilo del filósofo Millas, trabajando como él decía con los musculos del cerebro.
Pero lamentablemente debo decir, conociéndo a la universidad desde el año 1984 cuando ingresé por primera vez, que no se nota para nada la diferencia entre el límite, de las poblaciones marginales de Valdivia y el de la propia Universidad Austral de Chile www.uach.cl
Y lo digo con pena, porque prefiero ser sincero a hacer una mentira piadosa. Eso no sólo por el nivel de pelambre entre administrativos, profesores para no mencionar a los alumnos de pre y post grado.
Eso porque el pelambre es malintencionado, o sea tiene además un propósito de lograr con ello perjudicar al colega.
Una vez un destacado profesor me dijo, que se había corrido el rumor de que él había intencionalmente perjudicado a una estudiante de Magister, a la que finalmente había reprobado en una asignatura que él dictaba en ese postgrado.
Y que el comité respectivo había decidido, retirarle del Mg.
Él no protestó en absoluto, sino que tomó la misma decisión respecto del programa de Doctorado en que participaba, que venía siendo como el nivel superior del postgrado Mg.
Y que cuando se enteró la misma comisión que lo objetó en el Mg, corrieron a pedirle cambiara de opinión, debido a que ese Doc requería acreditarse en Conicyt y que su ausencia perjudicaría, la acreditación debida por unos nuevos 4 años al Doc!
"O sea, el me conviene-no me conviene viene siendo la forma de hacer universidad aqui", me dijo esa vez el destacado doctor en ciencias de la Uach. Por supuesto que no aceptó integrar el programa de Doc, con la razón de que si no tenía el nivel según la comisión respectiva, para integrar el programa de Mg menos lo tendría para el programa de doctorado...
Otro profesor me confidenció algo peor, debido a que como fuí también alumno mayor cuando volví a la Facultad de Ciencias (anteriores estudios en Ing. Forestal no terminados), me tenían cierta confianza.
Este profesor de matemáticas era conocido, como muy buen profesor pero muy exigente con quienes estaban al límite, al enfrentar el respectivo exámen porque valoraba el trabajo hecho durante el semestre.
Resulta que en tiempos del rector Manfred Max-Neef, me contó que el rector le llamó a su oficina para recriminarle, por los alumnos eliminados de varias carreras por causa de sus evaluaciones de exámen.
"¡Cada alumno que queda eliminado de esta universidad, le cuesta un millón de pesos a ella!", le dijo muy enojado don Manfred según me relató este docente.
La respuesta vino inmediata: "mire Rector, si Ud. quiere ganar plata, olvídese de la universidad y ponga una botillería...".
La cara de espanto del rector le causó risa al docente, que luego se retiró de la oficina.
Después fué llamado de nuevo, esta vez para buscar un arreglo que le significara jubilar antes de tiempo, como finalmente ocurrió.
Cuando sus colegas le hicieron una despedida en el Instituto de Matemáticas, me contó que le preguntaron por qué se iba de la universidad.
Les dijo: "es que la universidad ya se fué de acá, es al revés la cosa y lo que yo voy a hacer ahora, es buscarla en la calle"...
